Hasta que no experimentó los beneficios de un perro de servicio, que le cambiaron la vida, la veterana de la Marina estadounidense Sondra Baier no se dio cuenta de que su TEPT, su trauma sexual militar (MST, military sexual trauma) y su depresión le estaban robando una vida que era “mucho mejor que simplemente existir”. Según Sondra: “Solía tener miedo y no estar dispuesta a hacer mucho debido al deterioro de mis capacidades. El TEPT sentenció que no valdría nada después del servicio. El traumatismo sexual militar me dejó nerviosa y muy ansiosa. Y la depresión me dijo que me rindiera con la vida”. Pero ahora que se ha emparejado a Sondra con el perro de servicio Bobby, todo ha cambiado.
Bobby, el labrador retriever color chocolate, ha aprendido rápidamente que una de las claves para mejorar la vida diaria de Sondra es demostrar su apoyo antes de que Sondra se levante de la cama. Según la veterana, el par ha desarrollado una rutina matutina muy buena. “Primero, cuando despierto, le digo ‘buen día’ a Bobby. Él mueve la cola, se me acerca y, luego, intercambiaremos besos; tantos como necesito para empezar el día”. Sondra afirma que esta interacción constante ayuda a despejar su cabeza de cualquier terror nocturno duradero que pueda haber experimentado mientras duerme. “Incluso antes de levantarme, ya me ha ayudado a restablecer el pensamiento y me motiva no solo a enfrentar el día, sino a comenzarlo con un propósito”.
Debido al TEPT y el MST de Sondra, cosas como permanecer en filas de las tiendas o que la aborden extraños con frecuencia desencadenarían sentimientos de pánico. Pero ahora cuenta con Bobby y con su amplitud de habilidades de apoyo que ayudan a mitigar su ansiedad e hipervigilancia. Cuando Sondra tiene que caminar por un lugar público, Bobby camina ligeramente por delante de la veterana mientras escanea sin cesar el entorno de izquierda a derecha, lo que ayuda a tranquilizar la mente de Sondra. Cuando está de pie en una fila, el labrador color chocolate utiliza una habilidad llamada “poste”, mediante la que se posiciona entre las piernas de Sondra y mira hacia la parte posterior para ayudar a la veterana a permanecer quieta y concentrarse en la tarea que está realizando. Incluso cuando Sondra está sentada en algún lugar, puede sentir que Bobby siempre mira hacia atrás y hacia delante, y revisa el entorno en el que se encuentran, lo cual, según lo que ella dice, ayuda inmensamente a calmarla y evitar un posible ataque de pánico.
Debido a la intuición y el adiestramiento de Bobby, Sondra ahora elige salir en público deliberadamente. “Probaré mi nivel de comodidad en multitudes como si fuera un mundo completamente nuevo (y despreocupante)”, dice Sondra. Además, gracias a Bobby, Sondra dice que ahora no solo tolera a los extraños, sino que ya puede mantener conversaciones con ellos. “Ahora tengo la confianza de hablar con extraños que se me acercan debido al hermoso perro que camina a mi lado. Tengo una sensación de satisfacción abrumadora e incluso me quedo para tener una conversación”.
La confianza que Sondra ha adquirido del apoyo de Bobby también le ha permitido retomar sus estudios. “Normalmente, entre 30 y 40 personas en un salón de clases me ponían tan nerviosa que a menudo buscaba una excusa para no asistir a clase”, dice Sondra. “Cuando encontraba el valor suficiente, estaba tan metida en mi propia cabeza con todos los ‘qué pasaría si…’ que no era capaz de retener ninguna información, ni siquiera de estar mentalmente presente. Pero con Bobby ahora mi lado, que me muestra su confianza en sí mismo, lo que sucede es que suelo imitar su actitud. Y, cuando empiezo a ponerme ansiosa, apoya la cabeza en mi rodilla para que vuelva a centrarme en él hasta que pueda volver a concentrarme en la clase”.
Desde que dejó el ejército, Sondra informa que ha experimentado sentimientos de inadecuación hasta la desesperanza debido a “haber perdido la identidad de marinera”. Pero hacer que Bobby se ponga el uniforme todos los días le recuerda que ella y Bobby tienen un trabajo que hacer, lo que le devuelve a Sondra un sentimiento de orgullo.
“Bobby enciende algo mágico en mí y me entusiasma porque sé que está de servicio”, dice Sondra. “Me toca estar en otro tipo de misión con él: misión ‘viva otra vez’. Bobby me ha salvado la vida. Ya no me siento aislada o sola. Tengo un mejor amigo al que debo cuidar y, a su vez, tengo un héroe que cuida de mí y me ayuda a ser mejor ciudadana cada día”.