El cáncer en gatos es menos común que en los perros, pero cuando ocurre es más probable que sea mortal. Además, los gatos son hábiles para ocultar el dolor, lo que puede dificultar la detección temprana del cáncer.
Si sospechas que tu gato tiene esta enfermedad, comunícate con el veterinario lo antes posible. Para ayudarte a proporcionar la mejor atención posible, esto es lo que debes saber sobre los síntomas y tratamientos del cáncer en gatos.
Un tumor es un crecimiento no controlado de células que forman un bulto. A veces, estos bultos pueden alterar la función de un órgano. Cuando esto sucede, las consecuencias pueden ser graves para tu mascota.
Existen dos tipos de tumores: benignos y malignos.
Los tumores benignos no son potencialmente mortales, no se propagan y pueden ser fáciles de tratar, según su ubicación.
Los tumores malignos son cancerosos y pueden ser invasivos, ya que se diseminan por todo el cuerpo. Estos tipos pueden ser difíciles de tratar.
Tal vez te sorprenda saber que los gatos pueden sufrir muchos de los mismos tipos de cáncer que los humanos. Algunos de los tipos más comunes de cáncer en gatos son los siguientes:
Recuerda que el cáncer en gatos puede ser difícil de detectar. A menos que la enfermedad se manifieste como un bulto físico y puedas verlo o tocarlo, tendrás que prestar mucha atención al comportamiento y el estado de ánimo de tu gato. Además, muchos síntomas de cáncer felino también pueden ser signos de otras enfermedades o problemas. Tu veterinario deberá realizar un diagnóstico.
Estos son algunos síntomas de cáncer felino que debes tener en cuenta:
Si tu gato presenta algún síntoma de cáncer, comunícate con el veterinario. Incluso si tu gato no tiene cáncer, los síntomas podrían estar relacionados con una afección de salud que requiere tratamiento.
Lamentablemente, el cáncer en gatos no puede identificarse solo visualmente, por lo que tu veterinario deberá realizar más pruebas.
Normalmente, se toman muestras de sangre para detectar los efectos del cáncer y para descartar otras enfermedades.
También se pueden realizar radiografías y ecografías o estudios de IRM para identificar la ubicación y el tamaño del tumor. Luego, una biopsia realizada por un patólogo experimentado puede permitir que se examinen los tejidos microscópicos del tumor a fin de determinar si se trata de cáncer o no.
El tratamiento del cáncer en gatos dependerá de qué tipo sea. Tu veterinario puede realizar recomendaciones en función de la enfermedad específica y de tu mascota.
En el caso de tumores superficiales, como carcinoma de células escamosas, sarcomas de tejido blando y tumores mamarios, es posible que se requiera cirugía y, a veces, también quimioterapia.
Si bien este tratamiento puede dar miedo, es menos extremo que la quimioterapia para los seres humanos. Normalmente, se administra mediante inyecciones y puede interrumpirse si el gato parece experimentar molestias durante el tratamiento.
Además, también se puede recomendar radioterapia.
La mejor manera de garantizar que tu gato se recupere completamente es detectar el cáncer de forma temprana. Asegúrate de llevar a tu mascota a chequeos veterinarios regulares y prestar atención a su comportamiento y estado de ánimo. Si el gato presenta algún síntoma de cáncer, comunícate con el veterinario lo antes posible.
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